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¿Te gustaría que tu hija de 12 años converse con un hombre desconocido de 40 años sin que tú lo sepas? O peor aún, ¿que su salud mental empeore tanto que termine acabando con su vida? Al entregarle un teléfono con internet a un niño, no solo le damos acceso al mundo de internet, sino que también damos al mundo acceso a ellos, sin control, sin tu conocimiento, sin nada que puedas hacer. Yo sé que no es tu intención. Sé que tienes mucho trabajo, que estás luchando contra viento y marea, pero también sé que todo lo que haces, lo haces por tus hijos. Así que, por favor, escucha esto. Los suicidios en niños de 10 a 14 años en Estados Unidos se han más que duplicado entre 2007 y 2017. Jonathan Haidt, autor del libro 'Generación Ansiosa', indica que desde 2009, cuando Facebook introdujo el botón 'like', Twitter el 'retweet' y los teléfonos las cámaras selfies, la comparación social entre niños explotó. Imagínate, si a ti como adulto te cuesta manejar el odio en redes sociales, ¿qué oportunidad tiene un niño? Podríamos esperar que la sociedad cambie, que los políticos hagan su trabajo, que las redes sociales lo arreglen, pero ni yo ni mi hija tenemos tiempo. Yo elijo no darle teléfono, elijo colegios que lo prohíban y elijo estar presente para ella. Espero que tú también